jueves, 20 de enero de 2011

Quiero llamarte

Quiero llamarte más,
Quiero llamarte olvido, que aun recuerdo,
Llamarte brisa y cubrirme de tus mantos
Oscuros y nocturnos

Quiero llamarte más,
Llamarte besos, abrazos, caricias,
Recuerdos encomiables
De la risa loca que nos condena.

Quiero a veces, llamarte menos,
Para morir de pena
Y caer bajo las sabanas,
Llorar hasta que arena corra
Por mis negros ojos,
Amargos.

Otras veces, también quiero llamarte menos,
Quiero no mirarte a la cara y esconderme de ti.
Ocultar mis gestos,
Y sonreír con júbilo al sol,
Sin que mis pupilas sufran
El dorado golpe de la luz.

Quiero llamarte más, romperte las ideas
Cansarme de ti, pero te sales de mis manos,
Te caes de mis huellas,
Y nada de ti es lo que me queda.

jueves, 13 de enero de 2011

Lo

Lo que a veces se escribe…
Es dibujo con letras
Lo habría pintado
Lo dejé como un bosquejo

Lo tendría en mis manos
Lo dejaría ir en un momento
Lo arrojaría a un abismo
Lo recuperaría en un instante

Lo sé, nada tiene sentido
Lo que escribo aun peor
Lo maquino mientras veo
Lo que mi hermana llama televisor

Lo veo por la ventana
Lo corto con una tijera
Lo armo, lo creo
Lo vuelvo un ser con vida

Lo miro
Lo escaneo y me gusta
Lo toco y palpo aquella belleza
Lo se, es mi creación


Lo que hice, hago y haré es
Lo único que dejo como 
Lo que soy, como
Lo que algún día seré

lunes, 3 de enero de 2011

Clima

Quelas palomas se dejen caer encima de la calle
Para que un vetusto montañón de hierro y plástico
Las haga parte del asfalto, no tiene demasiado sentido.
Así como millones de cosas carecen de sentido coherente.
La mente de la naturaleza se ahoga en pesares burdos
Y malolientes recorridos, donde la mierda es la compañía
Preferente de sus pisadas.

Que sucias están mis manos,
Tan llenas de lodo;
Que por más lavadas y pasadas bajo el agua
Parecen no cambiar el color achocolatado al voltearlas
¿o mis ojos son los sucios?

Estornudo el polvo que intoxicada inhalo del ambiente
Pero no mata, solo deteriora
Mientras en el vidrio se reflejan imponentes nubes grises
Que se ríen y caminan por el cielo,
Como quien corriese una maratón.
Acusan lluvia, acusan al sol de esconderlo y no dejarlo salir,
No dejan que ese gaseoso astro flote a libertad
Por sobre esos arboles que se inclinan ante el viento
Y lo reverencian.

Que castigador es el clima con nuestros cuerpos terrenales.
¿O seremos nosotros quienes pagamos de alguna forma nuestra culpa?