martes, 15 de marzo de 2011

Muso

Mi muso vive a miles de kilómetros,
Entre cerros, bajo un sol ardiente.
Oscureciendo su tez,
A colores chocolate.

Se sonríe de las olas,
Del viento, que a veces le rozan la cara
Y de vez en cuando,
Le regalan un beso en los labios.

Mi muso tiene voz de hombre,
Cara de hombre,
Cuerpo de hombre
Pero no es más que un infante
Dolido y lloroso,
Tímido, temeroso.

Mi muso, tiene miedo,
Llora por las cosas de la vida,
Ríe, sin un sentido aparente,
Y sufre, queriendo cargar al mundo.

Mi muso esconde su pena,
Bajo el maquillaje, o una rojiza nariz
Entre payasos, nubes de colores,
Las que al final del día se opacan, se esfuman
Grisáceas

Mi muso, ha perdido un brazo.
Perdió una mano y sus dedos,
Un amigo, un compañero,
Y ganó en incertidumbres
Y aprensión

Mi muso no sabe qué hacer,
Se toma la cabeza y hace rebotar sus pensamientos,
Se arma, desolado un sendero pesado entre la niebla,
Que no lo deja respirar

Mi muso, corre
Y huye de todo cuanto hay a su alrededor
Grita, bajando montañas, queriendo dejar el universo atrás,
Mas su cuerpo no osa siquiera en avanzar,
Pasivo, disoluto

Querido mío, avanzas con tu alma
Anhelas con tus ojos,
Sufres con tus labios,
Y caminas,
Sin dar un paso que avance.

Sin embargo, corres en mis sueños
Ríes, además.
Coreas con mi boca que se ruboriza de entonar,
Sonríes por mi piel, la que  a carcajadas vibra,
Escuchas por mis venas las que fluyen gustosas
Desfilando por mis manos,


En mi mente huyes de aquel paraje,
Y no le tienes miedo,
Al error.

Mi muso, mira a ambos lados de la calle
No sabiendo aún, hacia donde caminar…

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